En este portal encontrará varios recursos para comprender las dinámicas de la información problemática en línea. Estos recursos hacen parte del trabajo que hicimos junto con periodistas y organizaciones de la sociedad civil a lo largo de 2021 con el apoyo de National Endowment for Democracy.
Para empezar, una aclaración conceptual. Aunque solemos referirnos a la información problemática como ‘desinformación’ o ‘fake news’, hay varios tipos de información problemática, que puede ser más o menos dañina dependiendo de su contenido y de las motivaciones que están detrás de su producción y amplificación.
Pero, ¿cuáles son esas motivaciones? El video que encuentra a continuación se centra en las motivaciones que están detrás de la producción de desinformación —fundamental para entender este fenómeno— y en los retos del fact-checking como estrategia para combatirla. En efecto, aunque el fact-checking es una de las herramientas más importantes que tenemos para frenar la circulación y amplificación de la desinformación, los incentivos para producir y amplificar contenido problemático en línea hacen difícil la tarea de quienes buscan contrarrestarla.
Los límites del fact-checking
Uno de los desafíos más grandes que tienen los chequeadores y, en general, todos los actores que buscan disminuir el alcance de la desinformación, es lograr que esta no sea amplificada por los medios de comunicación, que suelen tener un gran alcance en redes sociales. En este video se explican esas dinámicas de amplificación, desde los rincones más oscuros de internet hasta los titulares de prensa.
El periodismo y la amplificación de la desinformación
Pero los medios de comunicación no son los únicos actores involucrados en este fenómeno. En realidad, la información problemática es exitosa porque opera en un entramado en el que varios actores se disputan por la atención de los usuarios en redes sociales, y las personas a su vez tienden a consumirla y compartirla porque esta suple necesidades sociales, emocionales y cognitivas, especialmente en tiempos de crisis e incertidumbre como la pandemia.
Estos son los actores que operan en el entramado:
Y estos algunos de los incentivos para consumir la desinformación
Esta dinámica de producción, circulación y consumo queda bien ilustrada con lo que ocurrió en relación con las vacunas contra el Covid-19 durante el 2020 y 2021. A pesar de los esfuerzos continuados de gobiernos y organizaciones como la OMS para convencer a la gente de vacunarse, en muchos países estos esfuerzos se vieron truncados por la desinformación. Aquí explicamos cómo funcionó la pirámide de amplificación de estos discursos antivacunas en Estados Unidos.
Entonces, ¿qué pueden hacer los periodistas y medios de comunicación —actores centrales, como vimos— para evitar amplificar la información problemática? Aquí dejamos algunos tips que pueden servir a la hora de cubrirla.
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Además de estos consejos, siempre es útil monitorear las redes sociales en busca de información problemática y contar con puntos de referencia para determinar si el contenido problemático tiene el potencial de viralizarse y hacer más daño del que está haciendo. Para esto, se pueden hacer las siguientes preguntas sobre las dinámicas del debate digital. Al final encontrará algunas herramientas open source para investigar la información problemática en línea y así responder las preguntas guía.
- Indagar sobre las dinámicas de amplificación
- ¿Cuáles son las cuentas que están amplificando el contenido? Suelen ser cuentas de figuras reconocidas o de medios de comunicación.
- ¿Es posible evidenciar comportamientos automatizados en las cuentas que están amplificando el mensaje? Por ejemplo, una frecuencia inusual de publicación (como varias veces por minuto); la misma publicación hecha muchas veces, con los mismos hashtags, enlaces o imágenes.
- Reconocer las burbujas y su coordinación
- ¿El contenido está siendo compartido en cuentas relacionadas entre sí? Por ejemplo, entre comunidades de feministas, doctores o k-popers.
- ¿Cuántas cuentas diferentes están hablando sobre el tema en las plataformas?
- Establecer una línea de tiempo
- ¿Cuáles son los hitos más importantes de la conversación o de la historia?
- ¿Se puede reconocer la amplitud y los picos de la actividad digital?
- Crear un diccionario de palabras clave
- ¿Cuáles son las palabras clave del tema a investigar? ¿cómo las están usando las personas?
- ¿Qué llave de búsqueda se puede usar para combinar o excluir ciertas palabras en los resultados de búsqueda?
- Usar herramientas de código abierto para la investigación
- ¿Qué herramientas de captura de datos se pueden utilizar para investigar el contenido?
- ¿Qué características, dinámicas o información se puede capturar con cada una de las herramientas? ¿Qué tan apropiada es para lo que se quiere investigar?
Dejamos aquí tres herramientas que funcionan para hacer investigación digital y son un buen punto de partida para cubrir estos contenidos y entender las dinámicas de la desinformación en el entorno digital.
Es una herramienta para hacer reconocimiento de tendencias en Twitter y mapear una red de difusión de contenidos en esa red social. Permite mapear también el tamaño de la conversación de los últimos siete días e identificar sus picos.
Permite hacer un análisis del ecosistema mediático, como medir el interés que ha despertado un tema en diferentes medios de comunicación nacionales y regionales. También permite identificar picos de interés en el tema y hacer búsquedas comparadas.
- Búsqueda avanzada en Google y Twitter
El buscador de Google y de Twitter ofrecen herramientas potentes para encontrar información. Con la ayuda de operadores booleanos y operadores especiales se pueden encontrar datos específicos sobre el tema que se está investigando.
Si desea profundizar más en este tema, le recomendamos que consulte nuestra guía sobre cómo investigar información problemática en línea. Ahí encontrará paso a pasos detallados para cada uno de los puntos tratados en este portal y dos estudios de caso para comprender mejor las dinámicas explicadas en este portal.
