28/8/2024
"Una riqueza de información crea una pobreza de atención", escribió en 1971 el economista Herbert Simon. Aunque ha pasado más de medio siglo, la afirmación le sigue hablando al presente. En el entorno digital, caracterizado por la abundancia de información, la atención se ha convertido en un recurso escaso y cada vez más valioso.
Como cualquier otro actor, el periodismo se ha visto obligado a adaptarse a las nuevas dinámicas. Ante la sobreoferta de contenidos, medios de comunicación y periodistas deben atraer la atención de audiencias dispersas, aunque ese afán muchas veces implique sacrificar la calidad de su trabajo.
Este fenómeno parece seguir lo que Alessandro Baricco describió en The Game (2018) como “verdad-rápida”: una versión simplificada de la verdad diseñada para ser consumida instantáneamente y en la que la precisión se sacrifica a cambio de la síntesis y la velocidad.
Según Baricco, en el pasado la verdad operaba en sistemas de mayor densidad informativa, donde las noticias circulaban a un ritmo más lento y los periodistas podían tomarse más tiempo para verificar hechos. Por el contrario, en tiempos marcados por la inmediatez y la multiplicidad de actores informativos, la “aerodinámica” de la verdad —es decir, la forma en que es transmitida o difundida— ha sido rediseñada para ajustarse a una lógica más acelerada.
El resultado es un ciclo en el que las plataformas y los medios priorizan rapidez sobre veracidad, lo que deja campo abierto para la proliferación de información imprecisa o falsa y contenidos simples. Esto no solo cambia cómo se consumen noticias, sino el concepto de lo que las audiencias consideran “información relevante”, pues la profundidad se desplaza para dar prioridad a titulares llamativos y notas de consumo rápido.
En este escenario, el periodismo se enfrenta a un dilema crucial: ¿Cómo destacar en un ecosistema saturado sin comprometer el rigor necesario para informar con precisión?
Para mitigar este desafío, en el marco de los talleres regionales Periodismo y Economía de la Atención, en Linterna Verde desarrollamos un Semáforo con puntos clave para considerar al momento de presentar reportajes digitales. La estructura de este insumo busca ayudar a los periodistas a navegar y filtrar la información digital sin sacrificar el rigor de sus reportajes.
El Semáforo utiliza una escala de tres colores (rojo, amarillo y verde) para evaluar distintos criterios en la conversación digital, tales como la relevancia, confiabilidad y pertinencia de los temas a ser abordados.
El color rojo releva posibles incentivos que explicarían el curso de una conversación en el entorno digital; el amarillo indica que el tema está empezando a escalar en la discusión pública; y el verde señala las limitaciones para la reportería.
Cada criterio del Semáforo está acompañado de preguntas clave que guían el análisis y pueden servirle a los periodistas para evaluar con mayor precisión el objeto a cubrir.
En un entorno dominado por la inmediatez y la simplificación, este Semáforo puede ser una herramienta útil y práctica para equilibrar rapidez y rigor en el cubrimiento periodístico.
Conozca el Semáforo aquí: