2/11/2022
Aunque durante mucho tiempo se tuvo como una plataforma de entretenimiento, su enorme popularidad y la llegada de otros actores, como políticos y medios de comunicación, han posicionado a TikTok como una fuente de información y un espacio de debate público.
Mientras que en Estados Unidos el 10% de la población adulta se informa a través de TikTok, en Colombia la consolidación de esta red social como un escenario político es innegable, como se demostró en la campaña presidencial de este año. Rodolfo Hernández, uno de los candidatos menos opcionados al comienzo de la campaña, apoyó su estrategia de comunicaciones en TikTok y logró llegar a segunda vuelta. A su vez, su éxito lanzó a otros candidatos al mundo de los videos cortos y las tendencias, compartiendo contenido en el que por momentos se desdibujaba la línea entre el entretenimiento y la campaña política.
Además de ocupar un espacio cada vez más amplio en el ecosistema digital –con más de mil millones de usuarios activos al mes– TikTok se ha convertido en un lugar de discusión de asuntos de interés público, promoción de agendas sociales, coordinación y activismo.
Sin embargo, su crecimiento no ha ido a la par de la investigación en redes, pues su dinamismo y sus características dificultan establecer una metodología análoga a las que tradicionalmente se han usado para explorar las redes sociales.
En Linterna analizamos cómo se construye opinión pública en línea a partir del estudio de grandes cantidades de datos. Por eso, le hemos puesto la lupa a TikTok como una fuente de información robusta para analizar el debate público digital. En este blog, exponemos algunos problemas a enfrentar a la hora de hacer investigación en TikTok.
Falta de acceso a la información
La investigación digital suele usar como insumo datos alfanuméricos, interacciones y tendencias. A diferencia de otras redes, como Twitter o Facebook, donde es posible acceder a información sobre el contenido, TikTok no cuenta con una API (interfaz de programación) que permita conocer estos datos y descargarlos en grandes cantidades para su análisis. Esto ha hecho sea necesario retroceder a la creación de bases de datos de manera manual por parte de los investigadores, requiriendo una mayor cantidad de tiempo y limitando la capacidad de recopilación.
Además, TikTok es una red que promueve la creatividad de sus usuarios al momento de crear contenido. Las herramientas de edición, así como los bancos de audio y música facilitan la creación de videos que se hacen tendencias utilizando otras publicaciones dentro de la misma plataforma. Este carácter auto referencial facilita la creación de contenidos que nos son siempre comprensibles fuera de las fronteras de la plataforma. En términos de la investigación, este es un obstáculo extra a la hora de construir clasificaciones o generalizaciones que permitan caracterizar de manera general las conversaciones en TikTok.
Nuevos retos de observación
La investigación digital en redes sociales ha logrado desarrollar una lectura de metadatos de largo aliento basada en contenidos disponibles en la red. Estos análisis permiten comprender las dinámicas de una conversación en periodos de tiempo extensos. Sin embargo, TikTok ha roto este paradigma y ha impuesto la necesidad de nuevos modelos de observación.
Tradicionalmente, la investigación digital se ha basado en minería de datos que provienen del texto escrito. Por eso, abordar fuentes en formato de video, como en el caso de TikTok, es un nuevo paradigma que genera preguntas sobre cómo analizar una gran cantidad de piezas de video, sin tener que abarcarlos de manera individual y manualmente. Especialmente porque esta tarea ha sido adelantada a través de complejos algoritmos de reconocimientos que necesitan de un procesamiento avanzado y fuera del alcance para la mayor parte de los investigadores digitales.
Por un lado, el contenido dentro de la plataforma no es fijo, cada día se suben grandes cantidades de videos y, de manera transversal, muchos otros se eliminan. Este fue el caso de la académica Adina Giotomer, que al emprender una investigación en esta red social, notó que gran parte de su muestra había sido retirada de la plataforma. “Los tiktoks son efímeros”, concluyó.
Por otro lado, las investigaciones digitales con frecuencia se basan en el análisis de texto, mientras que TikTok no permite otro formato que el video. Esta razón obliga a replantear todo el quorum de datos que se extrae en medio de la investigación.
Formato cambiante e inexplorado
TikTok está en constante actualización. Cada cierto tiempo aparecen y desaparecen funciones y herramientas dentro de la aplicación. Este carácter cambiante se ve reflejado en la inestabilidad de las secciones, el diseño y los affordances –entendidos como los diversos fines que los usuarios pueden dar a las nuevas funciones de una plataforma-. Estos cambios, entre los que se incluye el aumento en la extensión de los videos o la creación de nuevas secciones en el feed, afectan directamente el análisis, pues quitan o añaden fuentes importantes de información.
Los cambios estructurales transforman la naturaleza de los contenidos y las interacciones, crean nuevas tendencias y hacen que el tráfico dentro de la plataforma se diversifique. De esta manera, se obstaculiza la lectura de los datos, pues deja de ser claro qué nos dicen las métricas de likes, comentarios y la opción de compartir los videos.
Por otra parte, al tratarse de una red que funciona como un sistema de recomendación, es decir, en la que importa más la interacción de los usuarios con el contenido que con otros usuarios, la forma en la que las publicaciones son presentadas a quienes usan la aplicación es de especial interés para los investigadores.
Ante el crecimiento de TikTok y el lugar que empieza a tomar en la construcción de opinión pública, es necesario empezar a abordar de frente los problemas de investigar esta parcela del entorno digital, especialmente amplia, diversa y cambiante. Los retos metodológicos están todavía a la espera de ser resueltos y es imprescindible prepararnos para analizar la mina de información en la que se ha convertido TikTok.